jueves, 10 de marzo de 2011

Mi primera vez.

Llevaba yo muchas ganas de volver a tirarme a mi madurito, asi que hablé con él y quedamos para el martes siguiente.
Casualmente ese siguiente martes me tatué en la cadera, y el tatuador me dijo que no podía quitarme el plástico en las 5 horas siguientes.

Total, llegué a casa de mi madurito y le conté el panorama. Y obviamente al tío le dió igual. Asi que follamos (que remedio! jajaja) , y yo con el plástico rodeandome toda la cadera, como si fuera una verdadera morcilla de Burgos.

Follamos magníficamente (algún día os contaré todo con detalles, porque no tiene pérdida ninguna) y a la hora de correrse, como el madurito estaba acostumbrado a hacerlo sobre mi tripa, pero ahora se encontraba plastificada, decidió innovar.

Me la sacó rápidamente, y se vino a correrse a mi cara. Yo ojiplática flipando con todas las confianzas que el tío se había tomado en tan poco tiempo. Pero claro, mientras te inundan la cara de lefa, ya de poco te puedes quejar.

El caso es que terminé PRINGADÍSIMA, hubo parte que cayó en mi boca y me tuve que tragar, parte que cayó en mi moflete, en mi pelo, en mi hombro e incluso dentro de mi oreja. Un verdadero ascazo si lo piensas detenidamente.

Me fui rápido a lavarme, pero el tío cuando se corre, no se corre: FUMIGA. Es exagerado.

El caso es que me tocó volverme a casa con lefa hecha costra en parte de mi moflete y de mi pelo.

Me recordé mazo a este video:


En fin, paz y amor y el plus pa'l salón!

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